Es el otro centro neurálgico de Kreuzberg. Es un batiburrillo, porque una de las varias zonas gais de Berlín (se ven muchas banderas arco iris en los balcones) se mezcla con un alto índice de población turca (muy conservadora) y con la típica gente extraña que hay por toda la ciudad (también hay gente normal) y parece que todos conviven muy alegremente.

En un recorrido de norte a sur desde la parada de metro Hallesches Tor (Línea 1) lo primero que se puede encontrar es el cementerio Jerusalem und Neue Kirche, un gran camposanto del siglo XVIII con aire de romanticismo literario decadente y para amantes de lo gótico. Allí está enterrado E.T.A. Hoffmann… y es digno escenario de cualquiera de sus cuentos (no ir por la noche). El 25 de junio (fecha de su muerte) se celebra una concentración ante la tumba, con abundante espumoso con el que riegan la lápida…

Casi a continuación encontramos uno de los puntos más interesantes del barrio, Mehringhof, en Gneisenaustrasse 2, una antigua fábrica reconvertida en centro cultural, con teatro (cabaret, comedia…), librería, tienda de alquiler y reparación de bicis y una taberna interesante a la par que cutre (se llama Clash), donde suele haber conciertos. En los 80 actuaban regularmente grupos de rock radical vasco, como Kortatu y otros parecidos y ahí sigue. Además hay proyectos sociales y políticos, salas de ensayo de grupos musicales, publicaciones… No es muy fácil de encontrar porque está dentro de un patio de manzana y fuera no pone nada, pero todo es preguntar.

Mehringdamm es una gran avenida que constituye la espina dorsal del distrito. En general, es una calle comercial con tiendas, garitos para tomar una cerveza o comer kebab, alguna librería de temas de arte a buenos precios y el Museo gay, que más bien es una galería, por lo pequeño y porque básicamente se dedica a exposiciones temporales, así que llamarle “museo” es mucho decir.

Para más librerías, cosas de segunda mano con aspecto de antigüedades, tiendas de discos especializadas en distintos estilos y ambiente interesante, la mayor concentración está en Bergmannstrasse donde además, hacia el final, hay un mercado tradicional de alimentación, Marheinekeplatz Markthalle, —de los pocos que quedan en la ciudad— lleno de productos típicos alemanes: ya sabéis, salchichas y alguna cosa más. Los sábados y domingos se monta un mercadillo en plena acera. En esa misma calle, en el 105, está Lunamaro, una tienda de artesanía contemporánea. No es barata para nada pero tiene unas cosas…

Otros puntos de interés de esta zona son Viktoriapark, que además de ser un agradable parque, suele haber conciertos y otras movidillas interesantes. De hecho, cuenta la leyenda que en lo alto de la colina que forma el parque hay una cruz que da nombre al distrito: Kreuzberg, es decir, monte de la cruz.

Además, está el antiguo aeropuerto de Tempelhof, que ahora es el mayor parque público de Berlín con el nombre de Tempelhofer Park. La vieja terminal se ha reconvertido en espacio para grandes eventos como ferias, desfiles de moda, festivales de música y Campus Party.  Allí mismo está el Monumento al Puente Aéreo, que conmemora el suministro de alimentos y productos a la ciudad durante el bloqueo soviético de 1948, flanqueado por dos de los aviones que participaron en la campaña.

Además, entre finales de mayo y principios de junio se celebra en la zona el Carnaval de las Culturas del Mundo, en la que participan decenas de nacionalidades con sus trajes, música, bailes, gastronomía… en un festival de lo más colorido. Hay desfiles, conciertos, fiestas, mercados… Se realiza en muchas calles del distrito, pero el centro neurálgico se encuentra en Blücherplatz, justo al lado de la parada de metro de Hallesches Tor.

Un poco más apartado se encuentra el gigantesco Museo de la Técnica (metro Gleisdreieck, Líneas 1 y 2 o Möckernbrücke, líneas 1 y 7) con aviones, barcos y trenes históricos y muchas actividades pensadas específicamente para los niños y con fines educativos.


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